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Breve historia de la ciudad de Lúxor

Historia de la ciudad de Lúxor: la ciudad de las Cien Puertas

La ciudad de Lúxor se encuentra ubicada a unos 700 kilómetros al sur de El Cario y a unos 200 km al norte de la primera catarata de Asuán.

Cuenta con casi 500000 habitantes que viven básicamente del turismo y de la agricultura.

Los antiguos egipcios la llamaban Waset “la ciudad del cetro”. Los griegos la denominaron Tebas por su similitud con la ciudad griega que le dio nombre.

En el siglo VIII a.C. Homero relató en La Ilíada lo maravillosa que era la ciudad de Tebas. La bautizó como «La ciudad de las cien puertas» por sus innumerables puertas que daban acceso a la ciudad, y por las que deambulaban cada día decenas de miles de personas con caballos y carros.

Los árabes la llamaron Al-Uqsur. Es de esta última palabra de la que deriva el nombre de Luxor que significa “fortificación”, haciendo referencia a dos campamentos militares que se establecieron aquí en época romana.

Tebas sucede a Menfis (c. de 2050 a. C.) como capital de antiguo Egipto. Durante la XI dinastía, líderes nacidos en Tebas mantuvieron constantes disputas contra los gobernantes de los nomos -provincias- vecinos, primero para obtener zonas de influencia y después para controlar todo el territorio egipcio.

Fue Mentuhotep II, cerca de 2025 a. C., tras la conquista de Heracleópolis quien unificará todo Egipto bajo su mando; es el comienzo del Reino Medio de Egipto, cuyos faraones instauran la capital en su ciudad nativa: Tebas.

Durante más de mil años la capital fue residencia de faraones, ciudad sagrada y morada de los Sumos Sacerdotes de Amón, estimándose que, en el momento de mayor esplendor pudo albergar a más de 650.000 habitantes.

El Templo de Karnak

La palabra Karnak procede del árabe al-Karnak “ciudad fortificada”. Esto fue lo que tuvieron que pensar cuando la vieron; imponentes muros y colosales torres.

En el antiguo Egipto se llamaba Ipet Sut, “el lugar más venerado”.

Para los antiguos egipcios el templo era “la casa de los inmortales”, por lo que su construcción estaba pensada y realizada en piedras monumentales e indestructibles que buscaban la durabilidad, la eternidad.

Los templos serán el gran patrimonio arquitectónico del Imperio Nuevo.

En los periodos anteriores eran pequeños y exentos de grandiosidad. Será a partir de la XVIII dinastía cuando se crea un tipo “clásico” de templo consecuencia del enriquecimiento y aumento de poder.

El Templo de Karnak está situado en la orilla oriental de Lúxor, la antigua Tebas. El lugar por donde nace el sol.

Está dedicado al dios Amón, el Oculto.  

En realidad, es un complejo que consta de varios templos construido por múltiples faraones.

Sesostris I (1961-1915 a.C.), segundo faraón de la XII dinastía (Reino Medio), reconstruyó un templo anterior y realizó uno en caliza y arenisca. Además, construyó su propia capilla. Lo que hoy queda es la llamada Capilla Blanca.

Durante el Imperio Nuevo fue cuando cobró todo su esplendor siendo Hatshepsut, Seti I, Ramsés II y Ramsés III, entre otros, los faraones que mayores aportaciones realizaron.

En su apogeo, al final del Imperio Nuevo (1570-1070 a.C.), todo este complejo -una verdadera ciudad dentro de la ciudad- llegó a emplear a cerca de 80000 sacerdotes. Los de más alto rango llegaron a disfrutar de riquezas aún mayores que los propios faraones.

El complejo tiene 2400 m de perímetro y estaba rodeado por una muralla de adobe de unos 8 m de grosor. Cubre 80 hectáreas, esto es, 70 veces la Catedral de Sevilla o 180 la Catedral de la Sagrada Familia de Barcelona.

Fue sufragado mediante los impuestos y los botines traídos de las victorias militares.

En su afán por ampliar y embellecer el templo, los faraones destruían y reutilizaban las construcciones y estructuras precedentes. Es por este motivo por el que la arquitectura del edificio resulta complicada y desigual careciendo de simetría en algunas partes.

Los templos están relacionados con el eje este-oeste / oriente-occidente / nacimiento-muerte.

El templo de Amón está orientado según un doble eje este-oeste y norte-sur.

  • El eje este-oeste comprende del primero al sexto pilono.

Sigue la trayectoria del sol y simbolizaba el eje solar y celeste.

Es perpendicular al cauce del Nilo que discurre a unos 600 metros del primero de los pilonos.

Conecta con la necrópolis del Valle de los Reyes (en árabe Uadi Abwāb Al-Muluk, “Valle de las Puertas de los Reyes”).

  • El eje norte-sur abarca del séptimo al décimo pilono.

Es paralelo al curso del Nilo e indica el eje real o terrestre.

Conecta con el Templo de Luxor.

Se erigió en patrono de Tebas durante la XI dinastía (Reino Medio) levantándose un modesto templo en su honor.

Sin embargo, su ascenso a lo alto del panteón egipcio se produjo cuando Amose I (XVIII dinastía) derrotó a los hicsos atribuyendo la victoria al dios.

Se fusionó con el dios del Sol para convertirse en Amón-Ra.

Se le asoció al carnero como símbolo de fertilidad.

Los sucesivos faraones compitieron en erigir edificios y obeliscos en Karnak para honrarlo. 

Llegó a ser identificado con Zeus en Grecia y Júpiter en Roma.

Los sacerdotes de Amón acumularon no solo riquezas, sino también poder llegando a ser una amenaza para el faraón.

El acceso al templo estaba prohibido para el común de los mortales.

Era la residencia del dios, era su hut, su “mansión”. Por ello, a los sacerdotes se les llama en egipcio hemu-netjer, “los sirvientes del dios”.

Karnak es el tercer templo más grande de la historia de la humanidad por detrás de Angkor Wat (Camboya), y Borobudur (Java).

PARADA 1. Entrada

Esta parte del templo, con la actual entrada, en realidad es la más moderna.

La orientación del eje este-oeste se realizó hacia el punto por donde sale el sol en el solsticio de invierno (entre el 20 y el 23 de diciembre), de modo que, si nos situamos en el muelle que hay ante la entrada del templo, ese día veremos salir el sol sobre la puerta oriental, llamada de Bab el-Makhara, situada casi a seiscientos metros de distancia.

Con anterioridad existía un embarcadero por donde entraban los suministros del complejo.

Con el paso de los siglos el Nilo fue cambiando su configuración creándose pequeñas islas que se desecaron ganando terreno al río.

El embarcadero también fue utilizado para llevar en procesión a Amón durante las fiestas.

Sobre una plataforma se erigían dos pequeños obeliscos de Seti II (dinastía XIX), de los que queda solamente uno, que servían de guía para la aproximación de las embarcaciones.

Del embarcadero partía un largo dromos o camino del dios, una avenida delimitada a ambos lados por 50 esfinges con cabeza de carnero y cuerpo de león.

El carnero era el animal asociado a la fertilidad y a Amón.

Entre las patas del carnero aparece representado el faraón Nectanebo I en pose osiríaca. Fue el primer faraón de la dinastía XXX que reinó entre el 378 a.C. al 361 a.C. Época Saíta.

Las efigies con cabeza de carnero eran un elemento protector mágico que permitía purificar el acceso al templo. Asimismo, actuaban como elementos protectores en las vías procesionales.

PARADA 2. Primer pilono

El pilono (del griego “puerta grande”) o portada consta de dos bloques trapezoidales. El de la derecha (al sur) es la obra más tardía del templo.

Fue mandada construir por Nectanebo I, mientras que el pilono de la izquierda (al norte), inconcluso, y los dos pórticos laterales del patio siguiente, fueron construidos por el faraón de origen bereber, Sheshonk I / Sesonjis, fundador de la Dinastía XXII.

El templo de Karnak tiene 6 pares de pilonos añadidos por sucesivos gobernantes.

Los dos bloques del pilono muestran en su tercio inferior cuatro ranuras verticales en las que se encajaban unos mástiles de madera de cedro forrada de cobre para las banderas que ondeaban encima, mientras que las ventanas sobre dichas ranuras en el primero y segundo piso (con acceso por una escalera interior) servían para el manejo y también probablemente la sujeción de los mástiles y las banderas.

PARADA 3. Patio (2)

El templo egipcio no fue concebido para albergar al pueblo. Este seguirá los cultos desde el patio dispuesto detrás de los pilonos.

A veces se valían de intermediarios simbólicos para transmitir sus peticiones a la divinidad.

La primera puerta da acceso a un gran patio porticado, una sala hipetra (a cielo descubierto), llamada por Champollion La Grande Cour du Palais (el Gran Patio del Palacio), de 100 m de ancho por 82 de fondo. Tiene una extensión de más de 7000 m2.

Simboliza la apoteosis de Ra, el Sol, con su victoria repetida cada noche sobre el caos y sobre la serpiente Apofis, su enemigo, a la que sigue un nuevo amanecer. 

Situado en medio del gran patio. Taharqa fue un faraón nubio de la XXV dinastía (690-664 a.C.).

Originalmente tenía 5 columnas a cada lado. Este quiosco o pabellón, tiene cuatro entradas en los lados. Las paredes interiores están decoradas con una escena que muestra al dios Hapi de pie con los brazos doblados llevando ofrendas.

El lugar se utilizaba para que la barca del dios Amón realizase una parada en un pedestal de alabastro durante el festival de Opet.

Hoy solo queda una columna, reconstruida con forma de flor de papiro abierta e inscrita con los nombres de Taharqa, Psimatic II y Ptolomy II. Mide 21 m de alto.

Nada más entrar, a la izquierda, al noroeste del patio se encuentra la capilla de Seti II (dinastía XIX), dedicada a la Tríada de Tebas, Amón, su esposa Mut, y su hijo Khonsu.

De planta rectangular y paredes en talud con tres puertas y tres estancias incomunicadas entre sí. La iluminación solo entra a través de las puertas.

A la derecha, al final del patio. Ramsés III fue el segundo faraón de la XX dinastía.

Tiene 60 m de largo.

Este santuario, junto con el de Seti II, fueron construidos antes de que el primer patio fuera cerrado. Es esta la razón por la que sobresale el muro y da la impresión de que está mal colocado. Estuvo enterrado hasta 1896.

Reproduce el prototipo del templo del Imperio Nuevo: dos colosos, pilono, patio, vestíbulo, sala hipóstila y santuario tripartito para alojar las tres barcas sagradas (Amón Mut, y Khonsu).

Los dos colosos representan a Ramsés III. Los bajorrelieves, de carácter bélico, representan las victorias sobre los “Pueblos del Mar” y los nubios.

Los textos nos hablan de dos puertas enormes de madera de acacia que estarían recubiertas con bronce para cerrar el acceso.

En el interior aparece Ramsés III vestido como Osiris.

En todas las salas del templo la arquitectura se combina con la luz.

La decoración muestra una procesión del faraón en honor de Min, dios lunar de la fertilidad y la vegetación, dios de la lluvia, protector de los comerciantes y los mineros, representaba la fuerza generadora de la naturaleza. Posteriormente se fusionó en Amón-Min. 

PARADA 4. Sala Hipóstila (11)

Es una innovación de la XIX dinastía y simboliza el concepto de creación.

La sala representa el Océano Primordial del que emergen los tallos de las plantas de papiro o de loto representados por las columnas y sus capiteles.

Antes de la creación solo existía Nun, la sustancia, un océano inerte, sin límites, rodeado de absoluta oscuridad.

Se accede a través de 2 naves divididas por 4 columnas con capiteles papiriformes cerrados.

Es la auténtica “joya de la corona”, la parte más espectacular de todo el Templo de Karnak.

Hipóstila significa “cubierta de columnas”.

Es la más grande del mundo con 5000 m2.

Todo un logro tecnológico de hace 3500 años.

Ha tenido que ser reconstruida varias veces a causa de varios terremotos.

De planta rectangular, consta de una nave central de mayor altura flanqueada por dos naves laterales sostenidas por columnas de capiteles papiriformes.

Mide 102 m de ancho por 53 m de largo, y aunque en la actualidad carece de techumbre, antiguamente se elevaba 24 m por encima del suelo sostenido por un bosque de 134 columnas de piedra distribuidas en 16 hileras y con capiteles en forma de flores y capullos de papiro.

Tienen unos 4 metros de diámetro y dejan poco espacio entre ellas, salvo en la nave central y la transversal, algo más amplias para facilitar las procesiones.

La diferencia en altura de las columnas centrales respecto a las laterales permitió colocar celosías por donde penetraba la luz. Sin embargo, las laterales quedaron en penumbra.

Por esto, los capiteles de las columnas centrales a los que les da la luz solar están abiertos, mientras que los de las columnas laterales están cerrados.

Varios faraones se sucedieron en su construcción desde Amenofis III, Ramsés I, Seti I y Ramsés II.

El techo fue probablemente de madera.

Fue en esta sala donde Hatshepsut en el año 16 de su reinado hizo colocar dos impresionantes obeliscos de casi 30 metros de altura.

Esta sala se convirtió en el lugar de coronación de los reyes en Tebas y de celebraciones como el Heb Sed / Fiesta de renovación real o jubileo.

El exterior está decorado con escenas de la batalla de Qadesh (1274 a. C.​), y campañas militares de Seti I en Palestina y Siria contra los libios y los hititas.

PARADA 5. Desde el tercer pilono (12)

De 28 m de altura, hoy desmochado.

Originalmente fue construido por Amenofis III (dinastía XVIII). Modificado por Amenofis IV / Akenatón y por Seti I (1294 a.C. a 1279 a.C.).

La decoración del pórtico frontal es de Seti I y Ramsés II.

Este pilono representaba la entrada al templo hasta el reinado de Horemheb.

De aquí al final se encuentran las construcciones más antiguas del complejo.

PARADA 6. Patio de Amenofis III (13)

Construido ante la necesidad de crear un espacio entre el cuarto pilono ya existente y el tercero creado por él.

En un espacio cuadrado que marcaba el punto de encuentro de los ejes sagrados del mundo; el eje celeste se cruzaba con el eje terrestre.

Este lugar de encuentro se marcó con cuatro obeliscos que mandaron levantar Tutmosis I y Tutmosis II, dos cada uno, pero de los que hoy sólo queda uno de Tutmosis I de 23 m de altura y un peso de 143 toneladas.

El término obelisco procede del griego obelískos, diminutivo a su vez de obelós, “asta o columna apuntada”. Los antiguos egipcios los llamaban tejen.

Los obeliscos son pilares monolíticos fabricados en un solo bloque de piedra granítica, de cuatro lados, y con forma tronco piramidal, es decir, se estrechan ligeramente desde la base hasta la cúspide.

Su origen es el mismo que el de las pirámides. No por casualidad estaban coronados por una pequeña pirámide o piramidión llamada por los egipcios benben.

El benben simbolizaba el proceso por el cual los rayos solares caen sobre la tierra dándole vida y fertilizándola.

Es una representación estilizada de la colina primigenia de la mitología egipcia, el montículo que surgió durante el nacimiento del mundo y en el que se crearon los dioses y los seres vivos cuando aún no existía nada.

Esta leyenda se desarrolló en la ciudad de Heliópolis, donde se veneraba al Sol y se rendía culto a la piedra benben desde el período Tinita (3065-2686 a.C.).

Quizás en su origen esta piedra fue un meteorito caído del cielo que adquirió carácter sagrado porque provenía de la esfera de los dioses.

Según las fuentes antiguas, algunos obeliscos estuvieron cubiertos de oro o de una aleación de oro y plata. Aunque, lo más probable es que simplemente se forrara el piramidión que lo coronaba con chapa de oro. 

El uso de este metal se debe a su perdurabilidad y a su relación con los dioses, cuya carne, según los egipcios, estaba hecha de esta materia. El oro era el color del sol, cuyos rayos propiciaban e impulsaban la vida en la tierra.

Los obeliscos se erigían en los templos como un modo de señalar un lugar “sagrado”. Solían disponerse por parejas ante los pilonos que flanqueaban las puertas de los recintos sagrados.

El primer obelisco del que se tiene noticia es el Userkaf (V dinastía).

Un pequeño templo construido por Sesostris I (XII dinastía, Reino Medio). Uno de los monumentos más antiguos que ha perdurado.

Construido para celebrar la Fiesta Heb Sed o Fiesta de renovación real, la celebración más importante de los reyes. El propósito era la renovación de la fuerza física y la energía sobrenatural del faraón con los dioses, reafirmando su derecho a gobernar. De esta forma aseguraba la prosperidad de Egipto.

En el antiguo Egipto, el bienestar de todo el pueblo dependía de la salud física y espiritual del faraón, así como de su relación con los dioses, ya que éste era la representación de la divinidad en la tierra.

Documentada junto a otras fiestas en la Piedra de Palermo perduró hasta la dinastía Ptolemaica.

Los griegos la tradujeron como «fiesta de los treinta años» de gobierno. Aunque hubo excepciones.

Se celebraba más o menos el primer mes de invierno y duraba 10 días.

La Capilla Blanca está rodeada de dos rampas y sostenida por 16 columnas.

En el interior hay escenas que hacen referencias al jubileo y en una de ellas se encuentra la imposición de la corona al rey.

Sesostris I ante el dios Amón.

Sesostris I ante el dios Amón.

En el interior se ubica el pedestal de alabastro sobre el que se depositaba la barca de Amón para las procesiones.

Fue reconstruida por los arqueólogos franceses en un espacio exterior.

En el interior hay 4 pilares, en el centro

Ejecutada entre el año 17 y 20 de su reinado y realizada en cuarcita roja.

La capilla roja «lugar del corazón de Amón», fue construida con la intención de actuar como lugar de descanso en el periplo de la barca sagrada.

Con paredes de cuarcita roja, sobre sus paredes se desplegó un programa iconográfico con escenas como el transporte de la barca sagrada, la coronación de Hatshepsut, ofrendas a los dioses, erección de obeliscos y, las dos festividades más importantes de Tebas, la Bella Fiesta del Valle y la Fiesta de Opet.

Recientemente fue restaurada por el Centro de Estudios franco-egipcio de los Templos de Karnak.

PARADA 7. Cuarto pilono (14)

Obra de Tutmosis I da acceso a la parte más antigua del templo. Está edificada sobre una perteneciente a la XII Dinastía (Reino Medio).

Entre el cuarto y el quinto pilono, construidos ambos en la época de Tutmosis I, se encuentra un vestíbulo transversal, llamado antiguamente Uagit (“el verdeante”), adornado en origen con grandes columnas. Cuando se construyó se convirtió en la verdadera entrada del templo y en el límite del camino que iba a Luxor, en el eje Norte-Sur.

Construido por Tutmosis I con columnas de madera, y posteriormente modificado, consta de 14 columnas en forma de papiro, originalmente sobredoradas. De ellas 6 se encuentran a la izquierda de la entrada y 8 a la derecha.

Tutmosis III construyó un muro abierto por una puerta.

En la estancia había 2 obeliscos realizados en granito rosa recubiertos de placas de oro que narraban la historia de la reina Hatshepsut.

La obra, según se lee en la base, finalizó el verano del año 16 del reinado de Hatshepsut tras 6 meses de trabajo.

En abril de 2022 un equipo de arqueólogos, restauradores e ingenieros del Consejo Supremo de Antigüedades logró restaurar y erigir el obelisco de la reina Hatshepsut que se encuentra cerca del Lago Sagrado.

El obelisco de la reina Hatshepsut está situado entre el tercer y cuarto Pilono. Es de granito rojo de Asuán. Mide 30 metros y pesa aproximadamente 300 Toneladas, es el obelisco más alto de Egipto.

Estuvo caído, quizás como consecuencia de un terremoto.

Se cree que se construyeron por lo menos 4 obeliscos durante el reinado de Hatshepsut como faraona de Egipto, actualmente se conservan en Karnak dos obeliscos de Hatshepsut, uno erguido y otro caído.

De 15 × 6 m.

Hay 2 pilares de granito con los emblemas de las Dos Tierras y 2 estatuas de color rojo oscuro que representan a Amón y Amonet. Esta últimas son obra de Tutankamón.

Antes de acceder al lugar donde reposa el dios se llega al santuario principal de su barca portátil.

Fue erigido en época de Filipo Arrideo (siglo IV a.C.), en el mismo lugar donde mil años atrás se levantaba, con la misma función, la capilla Roja de Hatshepsut. Aquí se depositaba la barca portátil de Amón cuando éste no participaba en las procesiones.

Este gran espacio cuadrado era el Ipet-Sut, el templo de Amón en sentido estricto, pero hoy apenas quedan ruinas.

En el Imperio Medio contenía un edificio de caliza blanca sobre cuyo eje se sucedían tres capillas consecutivas, todas con sus umbrales de granito rosa, la última de las cuales debió de ser el santuario primitivo, el edificio con el que se inició el templo de Karnak. Allí se hallaba el pedestal de alabastro de la sala principal o naos con una inscripción de Sesostris I de la que solo quedan algunos fragmentos.

PARADA 8. Sancta Sanctorum, “el lugar más santo de los santos” (20)

A medida que uno se va introduciendo en el templo va ascendiendo, recreando lo que en la mitología egipcia es el ascenso a la colina primordial.

Este avance se realiza subiendo a través de pequeñas rampas y escalones, acercándonos al Sancta Sanctorum, simbólica cima de la colina primordial.

Mientras el nivel del suelo va subiendo, el de los techos decorados con estrellas va bajando reflejando que nuestro ascenso nos va acercando al cielo.

El santuario es un templo formado por salas de estructura telescópica que se estrecha gradualmente para enfocar toda la atención en la estatua de Amón.

Se aprecia una reducción gradual de la luz, de la gran luminosidad del patio a la oscuridad de la celda. Desde el extremo del mundo donde se unen el cielo y la tierra al amanecer, a la oscuridad del crepúsculo.

Es jerárquicamente cada vez más exclusivo.

La cima de la colina primordial, morada y trono del dios, era el lugar más sagrado del templo, al que sólo el faraón o el sumo sacerdote y sus ayudantes más cercanos podían entrar. Todas las puertas que llevaban a este espacio estaban cerradas y selladas cada día, pues nadie debía molestar a Amón en su morada.

Por las mañanas entraba el Sumo Sacerdote y sus ayudantes, a veces el faraón, para vestir y traer comida a Amón. Por la tarde lo desvestían y retiraban la comida

El interior era un lugar pequeño, oscuro y silencioso, como las profundidades húmedas. Era un lugar de recogimiento, de oscuridad. Disponía de relieves con textos.

Por desgracia, el núcleo del templo de Amón en Karnak no está tan bien conservado como para que podamos percibir este detalle, algo que si se puede advertir en templos como el de Edfú.

La imagen de Amón se guardaba en un altar sobre el que descansaba la barca solar del dios Amón que era sacada en procesión en las festividades de Opet y la Bella Fiesta del Valle.

Durante la noche tomaba la forma de Khonsu (la luna), el viajero que cruza el cielo durante la noche, tal y como aparece escrito en los Textos de las Pirámides.

Karnak se construyó siguiendo la serie de Fibonacci, siendo el Sancta Sanctorum la unidad.

La serie Fibonacci es una sucesión infinita de números naturales La sucesión comienza con los números 0 y 1; a partir de estos, “cada término es la suma de los dos anteriores”, es la relación de recurrencia la que la define. Se encuentra en la naturaleza.

0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, 1597, 2584, 4181, 6765, 10946, 17711, 28657, 46368, 75025, 121393, 196418, 317811, …

PARADA 9. Templo Festivo de Tutmosis III o Ajmenu (21)

Situado en el extremo oriental de la vía procesional está precedido por el denominado patio del Imperio Medio.

De forma rectangular, aunque fue construido originalmente para celebrar la Fiesta Heb Sed o jubileo de Tutmosis III, posteriormente también fue utilizado en la Fiesta anual de Opet.

Originalmente su entrada estaba flanqueada por dos estatuas del faraón con traje de fiesta, pues ahí se celebró su jubileo.

Tutmosis III fue conocido por sus brillantes victorias militares, ha pasado a la historia como el Napoleón del antiguo Egipto.

Hacia el norte de la entrada existe un pequeño vestíbulo y una pequeña sala conocida como la Habitación de los Antepasados, hoy en el Museo del Louvre.

En sus paredes se encontraba la famosa Lista Real de Karnak​ donde aparece una selección de 61 reyes sentados anteriores a Tutmosis III que les hace ofendas, comenzando por Snefru de la IV dinastía.  Sólo 39 nombres son legibles.

También hacia el norte, se alcanza la Gran Sala del Heret-ib de 44 m de ancho X 16 m de largo que está compuesta de 32 pilares y dos filas internas de 10 columnas.

Las columnas soportan el techo de la nave central que está más alto que el sujetado por los pilares, lo que permite penetrar la luz.

Las columnas son únicas en la arquitectura egipcia, simbolizan las de la tienda militar que utilizaba Tutmosis III en campaña, por eso en su base están pintadas de rojo, como los postes que sujetan el toldo, y el techo pintado de azul salpicado de estrellas doradas. ​

Más al norte de la Gran Sala, tres capillas que están decoradas con escenas rituales, ofrendas y procesiones, como las de las estatuas reales. En un corredor aparece el rey haciendo ofrendas a un Amón itífalo.

Se accede por una puerta lateral. Es una sala de ocho columnas dedicadas a Sokar, el dios del mundo subterráneo.

Situada al noreste del templo. Sus paredes están representadas flora y fauna exótica vistas en las campañas militares de Siria y Palestina.

Desde esta sala, adornada con cuatro columnas papiriformes, se accedía al Sancta Sanctorum del Ajmenu.

Una escalera conduce a un podio consagrado al sol naciente.

Está cerca del lago. En 1903 Georges Legrain descubrió bajo el suelo de este patio más de 700 esculturas de piedra y 17000 bronces.

PARADA 10. El Lago Sagrado

Tiene una extensión de cerca de 10.000 m2.

Mide 130 x 80 metros, el equivalente a siete piscinas olímpicas.

Fue creado bajo el reinado de Tutmosis III y remodelado por el faraón negro Taharqa (690-664 a.C.), el más activo de los faraones nubios de la dinastía XXV. 

Era el lugar de la regeneración de la vida. Sus aguas eran utilizadas por los sacerdotes para purificarse antes de realizar los cultos diarios en todas y cada una de las capillas del recinto. Además, servía como escenario para diversas ceremonias.

Estas aguas representan el cosmos como el orden primigenio del que surgió la creación. Las aguas del caos de las que surgió la colina primigenia a partir de la cual podemos intuir el nacimiento de la vida, de la fauna, de la naturaleza, y del ser humano.

Además, alojaba gansos sagrados. El ganso era otra representación del dios Amón.

Se dice que, aunque el lago recibía las aguas del Nilo, curiosamente no experimenta sus crecidas.

Se dice que si pides un deseo se te concede.

Se encuentra el mayor escarabajo sagrado de Egipto.

Fue construido bajo Amenofis III (abuelo de Tutankamón).

El escarabajo representaba al Sol naciente, y era símbolo de la renovación y de la resurrección. Estaba asociado al dios Khepri.

Es una deidad que toma la forma de escarabajo pelotero. Se creía que empujaba el sol a través de los cielos igual que hace el escarabajo haciendo hace rodar trozos de estiércol.

En vida proporcionaba protección contra el mal, visible o invisible, dando diariamente fuerza y poder. En la muerte, quien lo portaba adquiría la posibilidad de resucitar y poder alcanzar la vida eterna.

El escarabajo tenía una gran importancia en el culto funerario egipcio. Generalmente era tallado en piedra verde y colocado en el pecho de los difuntos para proteger el corazón y sustituirle durante la momificación.


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