
Sobre Ramsés II. Un megalómano, un hipersexual y un rey de la diplomacia

Hijo de Seti I y de Tuya, Ramsés II (ca. 1303 -ca. 1213 a.C.), XIX dinastía, tuvo un reinado de 66 años considerado como la cumbre del poder y la gloria de Egipto.
Fue el mayor constructor del antiguo Egipto ampliando el templo de Karnak, realizando el Ramesseum -templo funerario que contenía una biblioteca con unos 10000 rollos de papiro- y ordenando construir Abu Simbel. Además, honró a su padre y a sí mismo completando los templos de Abydos.
Su apetito sexual le llevó a engendrar más de 100 hijos con toda clase de esposas y concubinas, aunque, su gran amor fue la reina Nefertari.
Su padre y su abuelo habían sido militares por lo que tuvo una educación castrense desde niño.
A los 14 años fue nombrado corregente. Pocos años después ya controlaba parte del ejército y en torno a los 20 años fue proclamado rey.
Entendió perfectamente que, para crear una gran nación, no solo bastaba con disponer de buen ejército, sino que era imprescindible fomentar una campaña de relaciones públicas junto a una diplomacia activa.
En este sentido, Ramsés II firmó un tratado de paz con Hattusilis, rey de los hititas. Es considerado el primer acuerdo de paz cuyo texto se ha conservado.
Fue descubierto en Turquía en 1906.
Una réplica de la tablilla se encuentra expuesta en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

Para fortalecer el vínculo con los hititas, Ramsés II se casó con la hija mayor del rey Hattusilis.
Ramsés II fue enterrado en la tumba KV7 del Valle de los Reyes.
El Templo de Ramsés II en Abu Simbel
Está ubicado en la región de Nubia a unos 1200 kilómetros al sur de El Cairo. Cerca de la frontera con Sudán.
Fue descubierto en 1813 por el suizo Johann Ludwig Burckhardt, aunque Giovanni Belzoni fue el primero en entrar en 1817.
Lugar sagrado desde la prehistoria, los arqueólogos han encontrado restos de pinturas rupestres y herramientas, además de dos cuevas para las divinidades locales.
Construido por Ramsés II en 1245 a.C. en el trigésimo cuarto año de su reinado.
Es un hipogeo, un templo excavado en la roca. Su primera función es la impresionar a los enemigos nubios de Egipto mostrando la grandeza del reino.
El templo está consagrado a la figura de Ra-Horakhti, el sol, pero con referencias a las batallas y momentos bélicos de Ramsés II.
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979.
El fenómeno solar de más de 3.300 años que ilumina a Ramsés II
Excavado en la montaña, la colina está orientada al este.
En dos momentos del año, el 20/21 de febrero y el 20/21 de octubre (61 días antes y 61 días después del Solsticio de invierno), el sol entra directamente desde la fachada hasta el Sancta Santorum, a 60 metros de profundidad, iluminando tres de las cuatro figuras sedentes que hay allí grabadas: Ra-Horakhti con cabeza de halcón y el disco solar, Ramsés II divinizado con la doble corona y Amón “El Oculto”, con el doble penacho en la cabeza.
Al único al que no llega la luz es al dios Ptah, representante de la oscuridad.

Se cree que las fechas en las que el sol ilumina su cara conmemoran su nacimiento y el día de su coronación.
Aunque puede corresponder a algún elemento del culto solar que ignoramos, sobre todo porque desconocemos lo que había antes en esta montaña sagrada.
Con el traslado del templo a su ubicación actual en la orilla oeste del río Nilo se logró conseguir el mismo prodigio lumínico, pero un día más tarde.
No lejos de aquí se encuentra Nabta Playa, una construcción realizada hacia el 5000 a.C., anterior a Stonehenge (2400 o 2200 a.C.), de la que cree pudiera ser el origen del antiguo Egipto.

Plano y sección del templo
Plan y sección del templo


La fachada

El templo se configura a través de un eje longitudinal que va dando paso a diferentes estancias.
La fachada con forma de pilono mide 36 m de ancho x 32 m de alto.
El templo se hunde en la roca más de 60 m a través de tres salas. Tallados en la roca, adosados a la entrada custodiando el acceso, se encuentran 4 colosos sedentes de Ramsés II de más de 20 m de altura.
El faraón lleva nemes (el tocado funerario de tela), doble corona del alto y bajo Egipto, barba postiza, símbolo del faraón en vida, un collar y un pectoral grabado con el nombre de coronación.
A los pies de Ramsés II, en una escala menor, se encuentran su esposa favorita, Nefertari, su madre, Tuya, sus primeros dos hijos y sus primeras seis hijas.

En un bajorrelieve en el centro de la fachada dentro de una hornacina, dos imágenes del faraón adoran a Ra-Horakhti con cabeza de halcón y disco solar sobre la cabeza.

La fachada tiene un friso que muestra 22 babuinos con los brazos extendidos adorando al sol naciente.

En la entrada se encontraban 2 esfinges, hoy en el Museo Británico.

La escala constructiva egipcia es grandiosa porque se entendía que era la medida de los dioses. En contraposición a la griega cuya medida el hombre.
En el pasillo que da a la entrada se observan murales con prisioneros atados saliendo del templo, como si fueran expulsados de la zona sagrada.

La primera sala hipóstila
De 18 m de largo x 16 m de ancho está sostenida por 8 grandes pilares que representan a Ramsés II deificado, convertido en Osiris -el dios del inframundo-, simbolizando la naturaleza inmortal del faraón.
Los pilares están rodeados de los momentos más importante de las batallas de Ramsés II.

El techo está decorado con pinturas que representan a la diosa Nejbet -protectora, tanto en los nacimientos como en las guerras-, con las alas desplegadas.

En la pared norte se observa a Ramsés II sentado en su trono recibiendo a embajadores y prisioneros.

Los bajorrelieves de la Batalla de Qadesh (1274 a. C.)
Uno de los referentes más conocidos es la Batalla de Qadesh (1274 a. C.) contra los Hititas, cerca de la frontera de Siria con el Líbano.
Se calcula participaron unos 5000 carros. 15 años después dio lugar al primer tratado de paz de la historia.
La batalla quedó en tablas, sin embargo, Ramsés II se encargó de contar con todo lujo de detalles cómo había salido victorioso.
La sala reconstruye de una forma mágica la batalla. Ramsés II va montado en su carro con dos brazos que disparan dos arcos a la vez.
Simbolicamente, el carro empuja a los enemigos para que salgan del templo.


La segunda Sala hipóstila
De 11 m de longitud y 7,70 de anchura consta de 4 pilares cuadrados con escenas del rey abrazado por diferentes divinidades.
Relieves en donde se ve a Ramsés II adorando al dios Amón, a la diosa Mut, y a él mismo divinizado.
Representa la exaltación de su ego. Es una divinidad autoproclamada.

Ramsés II y su esposa Nefertari presentan sus respetos a la barca sagrada.
Sancta Sanctorum, “el lugar más santo de los santos”

Con capillas en los laterales, parece que tuvieron la finalidad de albergar ofrendas o los tesoros del templo. Es lo que se deduce del banco corrido que es una constante en los monumentos de Ramsés II.
Los relieves no tienen la sofisticación de anteriores. Seguramente los realizaron artistas locales, nubios.

El Templo de la reina Nefertari

Dedicado a la diosa Hathor.
Plano

La fachada
Consta de 6 estatuas de 10 m de altura, cuatro representan al faraón y dos a su esposa Nefertari que tuvo el inusual honor de que sus estatuas fueran del mismo tamaño que las de Ramsés II.
Esculpidas en el interior de unos nichos, las esculturas tienen la pierna izquierda adelantada y a los lados de cada una están representados los príncipes y las princesas.

La reina se identifica con la diosa Hathor al llevar en su corona el disco solar entre los cuernos de una vaca superpuestos a las dos plumas.

La diosa Hathor
Tiene un origen prehistórico. Las primeras comunidades agrícolas tuvieron que ver en este animal femenino la idea de la regeneración, de la sensación de dar vida.

En el círculo de piedra de Nabta Playa, orientado al solsticio (Museo de Asuán), se encuentra una gran masa de piedra que los arqueológos han relacionado con la primera escultura de la diosa vaca Hathor.

Hace 8000 años había personas que adoraban a esta divinidad con forma de vaca. Divinidad vinculada no solamente al mundo de la maternidad, sino también al mundo de la belleza, la magia, la música, la danza, elementos muy identificados con aspectos femeninos.


El rescate. El traslado del templo de Abu Simbel
La construcción de la segunda presa de Asuán formaría un enorme lago (Nasser) que sumergiría bajo las aguas una gran cantidad de tesoros del antiguo Egipto, entre ellos los templos de Abu Simbel.
La UNESCO emprendió un gigantesco rescate que reunió a un equipo internacional de ingenieros arqueólogos y técnicos con el objetivo de salvar los principales monumentos.
Se procedió a cortar grandes bloques de más de 20 toneladas cada uno para trasladarlos a un nivel más elevado.

Entre 1964-1968 los templos se desmantelaron para volver a ser reconstruidos en una zona próxima, 65 m más alta y unos 200 m más alejada.
El coste ascendió a 36 millones de dólares.
Maqueta comparativa del estado actual. Arriba en las colinas artificiales construidas para tal fin se encuentran los templos rodeados por el lago Nasser. Abajo, hoy cubierto por las aguas, el lugar donde estuvieron los dos templos.

Templos regalados por Egipto por la colaboración en el traslado de monumentos debido a la construcción de la presa de Asuán.
- Templo de Debod. Madrid.
- Templo de Taffeh. Leiden (Países Bajos).
- Templo de Dendur. Nueva York.
- Templo de Ellesija. Turín
- Templo de Aksha. Jartum (Sudán).
- Templo de Kuma. Jartun (Sudán).
- Templo de Semna. Jartun (Sudán).